miércoles, 28 de enero de 2009

El viaje del elefante


Sinopsis:

El viaje épico de un elefante asiático llamado Salomón que, en el siglo XVI, tuvo que recorrer Europa por caprichos reales y absurdas estrategias. Un hecho real, ocurrido en la época de Maximiliano de Austria, que está en la Historia o, para ser más rigurosos en la pequeña historia, aunque intervengan personajes que tuvieron vida real en su día y que ahora vuelven a tener otra oportunidad al ponerse en manos de la brillante imaginación del escritor portugués.Una novela coral llena de hombres y mujeres que entran y salen siguiendo los pasos del elefante y su cuidador y cruzándose para compartir perplejidades, esfuerzos o la armoniosa alegría de un techo. Una novela llena de compasión, ironía, sarcasmo, belleza en estado puro y humor, un humor con el que el Saramago nos permite penetrar en el laberinto de humanidades en conflicto sin tener que abjurar de nuestra condición indagadora de humano y de lector.


Confieso que nunca he sido devota de Saramago. Así que al ver este libro que mi buen amigo José Ángel me mandó por mi santo, confieso que tuve cierta prevención. Como procuro huir de los prejuicios, emprendí la lectura.

Para empezar, fue un mazazo para mis obres ojos, por no hablar de mi parte lingüista, ver que este señor pasaba olímpicamente de poner mayúsculas a los nombres propios, las usa nada más que al comienzo de cada oración. Puede pasarse páginas y páginas sin poner un punto y aparte. Además, se pasa con las digresiones, rompe la narración con una tirada extemporánea que marca distancias con el relato. Aquí, por ejemplo, el hecho de que las localidades alpinas tengan nombre alemán pese a estar en Italia le dan pie al narrador a protestar por la actual anglificación del Algarve.

Menudo rollo, estaréis pensando. Pues no, porque Saramago, que es perro viejo a la hora de narrar, poco a poco nos envuelve en un relato que aúna ternura con una mirada incisiva sobre la naturaleza humana y un agudísimo sentido del humor malvado. No me arrepiento nada de haberlo leído.

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