martes, 13 de enero de 2009

La conjura


Sinopsis:

Londres, 1720. Harto de la notoriedad que le persigue por un crimen que no había cometido, Benjamin Weaver, judío, ex boxeador, de extracción humilde y cazarrecompensas, decide contar su historia, exponer en un libro qué hechos lo llevaron a ser condenado a muerte y cómo consiguió huir de la prisión y convertirse en investigador privado de su propio caso.
Weaver, que había sido injustamente condenado por la muerte de un estibador del puerto de Londres, huye antes de ser ejecutado y decide adoptar la personalidad de un rico negociante para poder investigar el misterio que se esconde tras su condena. Sus pesquisas y las singulares situaciones que provocan le llevan a pensar que tal vez lo que le ha pasado no sea más que un insignificante eslabón de una conspiración de altos vuelos.

El autor, David Liss, que no conocía de nada, combina su conocimiento de la historia con la intriga, atractivas caracterizaciones y un cautivador sentido de la ironía, que nos sumerge en una vívida recreación del Londres de la época, con todas sus miserias y sus malos olores, junto a las intrigas políticas, los contrastes sociales y la picaresca reinante.

El libro nos muestra el injusto sistema judicial y sobre todo el complejo mundo de las elecciones locales. Nos explica los distintos grupos políticos y tendencias de aquella época. Lo malo es que la trama política me resulta desconocida y no me he enterado mucho con tanto tory, whigs, jacobitas, pretendientes y demás, por lo que deviene un poco liosa. Con todo, no está mal para pasar el rato.

1 comentario:

carolina dijo...

Yo también he leído otro libro de David Liss. Creo recordar que se titula "El comerciante de café" o algo así. El problema que tuve fue que no me enteré mucho del funcionamiento de la bolsa de Londres, donde se situa la trama. Tienen el gran mérito de aportar una buena ambientación, aunque para mí los personajes no tenían demasiado atractivo. En todo caso, parece que el señor se lo curra y eso merece un respeto, cuando no una lectura atenta. Eso sí, el sistema electoral inglés de la época debía ser complicadísimo. Una manera tan buena como cualquier otra para asegurarse de que siempre salieran elegidos gente de un determinado círculo.
Voy a ver si los recomiendo para la colección de literatura histórica que estamos haciendo en la biblioteca, porque hemos metido cada uno que no sé muy bien lo que pinta ahí.