sábado, 14 de abril de 2012

Fifty Shades Darker


Ya he acabado la segunda tanda de las peripecias del señor Gray. Como me suponía, el sexo salvaje va cediendo terreno y dando paso a los sentimientos, lo que no le resta un ápice de encanto y atractivo. Un hombre de su calibre, enamorado y romántico tiene muchas papeletas de hacer que se nos caiga la baba. Si encima es multimillonario, qué más se le puede pedir. La tercera parte me huele a relleno, a alargar la trama sin necesidad. Me va a dar lo mismo porque pienso leerla más adelante siempre y cuando siga incluyendo escenas de alto voltaje, que al fin y al cabo es lo que ha convertido la trilogía en el fenómeno mundial que hoy es. Quién le iba a decir a la inglesa que de un fanfic crepusculino iba a pasar a ser una superventas. Por si fuera poco, ha vendido los derechos para una posible adaptación cinematográfica por nada menos que cinco millones de dólares.
Puedo equivocarme, pero no veo muy viable una película. Caben dos posibilidades: una, se hace más light, con lo que se desvirtúa por completo el espíritu de la trama, meramente sexual, por muy enamorados que estén los protagonistas; o dos, se rueda en plan un poco más explícito, lo que supondría un fracaso en taquilla, tal como se ha demostrado en las películas americanas NC-17. Además, dicen algunos expertos que las amas de casa que han disfrutado con la lectura en privado no irían públicamente al cine a ver una peli de contenido sexual. Será cosa de la América profunda. O sea, que, caso de producirse, abogo por una producción europea o una serie de un canal de pago, más liberales.

En cuanto a los candidatos a Gray que las fans están valorando, por mucho que les postulen, estoy segura de que la pareja crepuscular no tendrá la menor intención de volver a trabajar juntos, al menos mientras tengan para comer. Espero que tampoco se lo den a actores como Ryan Gosling, Chris Hemsworth o Chris Pine, que no me motivan nada. En mi imaginación, el ideal sería el Wentworth Miller de hace unos años; dado que ni está como estaba ni haría una escena de sexo ni borracho, contemplaré otras opciones. Otras postulan por Alexander Skarsgard quien, aparte de tener el cuerpo, no le importa lucirlo porque a los suecos la desnudez no les preocupa. Y otro que también le pegaría es Ian Somerhalder, guapísimo y con un lado oscuro. En fin, quizá todo el proyecto quede en agua de borrajas.

1 comentario:

Johnny dijo...

Tal vez acá no quieran hacer una peli, pero si la realizan en Europa estaría algo complicado con respecto a los actores o aligerar la trama para que no tenga una clasificación "C".