Sinopsis:
Un célebre escritor norteamericano, Harry Quebert, es acusado del asesinato de una adolescente después de que el cadáver de ésta aparezca enterrado en su jardín. Marcus Goldman, un joven y exitoso novelista y antiguo pupilo de Quebert, tratará de esclarecer el caso.
Cuando escribí la reseña de la novela, manifesté mi admiración por la maestría del autor para alternar distintos períodos de tiempo sin que resultase confuso ni cargante para el lector, sino todo lo contrario, esclarecedor y enriquecedor. Al pensar en una posible adaptación a la pequeña o gran pantalla, me pareció sumamente complicado. He de decir que no me ha decepcionado.
En diez episodios nos cuenta las vicisitudes de la historia de amor entre el Harry Quebert del título y su adorada Nola, una especie de Lolita cuya verdadera personalidad iremos descubriendo capítulo a capítulo y cuyo asesinato vertebra toda la historia. Pese a mi memoria de pez, pronto recordé quién lo cometió, lo que no me impidió disfrutar de la serie y de sus muchos sorprendentes giros argumentales hasta el fin.
En cuanto a Patrick Dempsey, no me perturba las hormonas (de hecho, soy de las pocas personas que no ha visto Anatomía de Grey), pero está muy acertado en su papel, como el resto del reparto.
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