jueves, 15 de mayo de 2008

Algo pasa en Las Vegas

El sábado, Pedro, como amante de los coches que es, quería ver Speed Racer, la última película de los hermanos Wachoski, que desde la primera Matrix no han levantado cabeza. Desde luego, yo no estaba dispuesta a tragarme una sucesión de carreras de dibujos animados con el chaval protagonista más feo y más soso de los últimos tiempos, así que busqué una alternativa a pasarme esas dos horas dando vueltas por el centro comercial. Así y todo, me tragué casi una hora de peli pues la mía empezaba antes y a su fin me metí en la sala donde estaba Pedro.

Sin apetecerme nada de lo que figuraba en la cartelera, por descarte entré a ver Algo pasa en Las Vegas a sabiendas de lo que me iba a encontrar, la previsible historia de amor de dos extraños que se despiertan en la misma cama y descubren que se han casado tras una noche de desenfreno en Las Vegas, y que uno de ellos ha ganado un gran premio en un casino. Los recién casados comienzan a hacer planes cada vez más complicados para acabar el uno con el otro y quedarse con el dinero, con lo que la película deviene una versión edulcorada de La guerra de los Rose. Pero el final no puede ser trágico tratándose de una comedia romántica: solo conseguirán acabar enamorándose entre las mutuas puñaladas por la espalda.

Salvando la distancia temporal y las diferencias socioculturales sería el equivalente a aquellas historietas de guerras de sexos que protagonizaban Doris Day y Rock Hudson, con la salvedad de que los guionistas debían de estar en huelga cuando la escribieron: a excepción de dos o tres gags buenos, el resto del material es bastante trillado. En defensa del o la guionista, destacaré que tuvo el detalle de escribir varias escenas en las que se exigiera que el bueno (buenísimo) de Ashton Kutcher saliera descamisado. Lástima que con lo guapo que es sea el actor peor peinado del mundo. Supongo que es una estrategia de la arpía de su mujer, Demi Moore, que no lo deja salir en todo su esplendor para que no se lo arrebaten. Por el contrario, Cameron Díaz está cada vez más fea, o por lo menos en esta película no sale muy favorecida pues se le nota que es mayor que Ashton.

Os dejo con el tráiler.

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