El sábado por la tarde fuimos al hospital a ver a la recién llegada Luna. Tanto ella como la mamá se encuentran perfectamente. Con apenas un día de vida, la cría estaba preciosa, dormida como un lirón. De vez en cuando se desperezaba, estiraba bracitos y piernitas y seguía en brazos de Morfeo. Si no les cambia la suerte, los papás están de enhorabuena, pues aún no han oído llorar a la nena. Como le faltaban todavía dos semanas de gestación, pesó sólo 2,700 kg, y midió 47 cm. A toda la familia se nos cae la baba con Luna con lo bonita que está y a las pruebas fotográficas me remito.
lunes, 5 de mayo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
La verdad es que no puedo decir nada de cómo estará la mamá de la nena, pero tanto la nena, como la abuela como la tía abuela están estupendas, espléndidas, exuberantes ... si ya lo son de a diario, ahora con una Luna en sus brazos, todo es exponencial.
beijinhos
Te veo como a tu hermana, ancha, ancha.
Besos para todos, por cierto, falta la bisabuela.
Gracias, vais a hacer que se me salten los colores.
Publicar un comentario