viernes, 30 de mayo de 2008

Spanish Prision Break I



Aunque me consta que algunos (y algunas) de los que participáis en el blog no habéis seguido una de las series que nos tiene enganchadas a Conchi y a mí, no he podido resistir la tentación de incluir un remedo de parodia que me salió el otro día. Se trata de reflejar de manera un tanto esperpéntica cómo se desenvolverían los personajes (que salvo los nombres y una somera descripción física apenas tienen nada que ver con los de "verdad") si los hechos narrados en la serie transcurrieran en este nuestro país. En concreto, la parodia se sitúa en la famosa escena de la capilla, cuando los hermanos Lincoln y Michael se encuentran cara a cara por primera vez dentro de la cárcel donde el primero está a la espera de que le ejecuten por haber (supuestamente) asesinado al hermano de la Vicepresidenta de los Estados Unidos y el segundo le informa de que está allí para sacarle mediante un genial, pero arriesgado, plan de evasión. Espero que lo disfrutéis.

SPANISH PRISION BREAK



Es media mañana. Domingo. En la capilla de la prisión de Alcalá Meco II. El capellán va soltando el sermón que tenía programado para ese día, según un planning que no ha variado en los últimos cinco años. En los bancos repletos de convictos, el personal va a lo suyo: unos se pasan las pastillas, los canutos o las papelinas, según se tercie y sea el gusto del consumidor, otros se meten mano disimuladamente, que la capilla está en penumbra y frente al pater da más morbo, otros, en fin, soban descaradamente y acompañan la monótona cadencia de la homilía con sus sonoros ronquidos. Todos están allí porque acudir a misa, lo mismo que a los cursillos y talleres, sirve para restar tiempo de condena. Todos, salvo algún que otro pandillero latino para quien la fe sincera en Dios no quita rajar a otros pandilleros rivales cuando las circunstancias lo exigen. También están los iluminados de turno, que han encontrado el camino hacia la salvación tras una vida de tropelías, más por los buenos oficios y el sincero entusiasmo del curita medio hippy que visita de vez en cuando la prisión que por la presunta acción evangélica del pater funcionario.
Tras el “Podéis ir en paz”, el capellán se apresura a retirarse, dejando a los chavales que hacen de monaguillos (dos Latin Kings de mucho cuidado) a cargo de retirar los sagrados utensilios. En las filas de bancos un sordo rumor indica que los presos también están empezando a desalojar la capilla: los trapicheos y manoseos culminan, los sobadores se desperezan y los iluminados murmuran sus oraciones y sus “mea culpa” antes de volver al patio.
De entre las primeras filas de bancos se yergue un hombre de complexión robusta y atlética, cabeza rapada al uno y rasgos duros y viriles. Destaca entre los demás por su altura y por cierto aire de ferocidad contenida que inspira cautela y respeto. Súbitamente, otro preso se coloca ante él, mirándole directamente. Su complexión es más esbelta, pero su rostro, dulce y apuesto, revela un innegable parecido con el hombre mayor y más fuerte. Asimismo, parece embargado por una fuerte emoción que la necesidad de cautela al estar rodeado de otros presos apenas puede contener.
Al ver quién se había colocado frente a él, los graníticos músculos de la cara del preso componen una fugaz, aunque intensa expresión de sorpresa, que es rápidamente disimulada.
- ¡Michael! ¿Qué demonios haces aquí?
- Tranquilo, Linc, he venido a sacarte de aquí. Lo tengo todo planeado para que escapemos.
El aludido se le queda mirando con la boca abierta y los ojos como platos.
- ¿Pero tú estás tonto o qué? ¡Si sólo me quedan cinco meses!
Ahora le toca a Michael el turno de sorprenderse infinitamente.
- ¿Pero no te habían condenado a seiscientos años bisiestos por cargarte al primo de Zapatero?
- Sí, pero eso fue en primera instancia. Mi abogado recurrió y logró convencer al juez de que el fulano se estranguló a sí mismo de miedo cuando le pegué por segunda vez. Es un hacha, el tío. Me va a costar un riñón, pero lo vale. Además, sacó a la luz todos los trapos sucios y los chanchullos del primito, con lo cual el presi no ha tenido huevos de utilizar su influencia para que cumpliese la condena completa. Total, que de homicidio en primer grado y asesinato lo han dejado en intimidación con resultado de muerte, que son ocho años. Pues entre los tres que pasé en la preventiva, los tres que he logrado redimir por buena conducta y asistencia a cursillos, y el año y siete meses que he cumplido ya con la sentencia … echa cuentas tú mismo.
- ¡Ostias, vaya putada! – exclama Michael, llevándose las manos a la cabeza – Con lo bien que lo tenía preparado. ¡Si hasta me tatué los planos de la prisión y todo!
- ¿Y para qué, si te los puedes bajar de Internet cuando quieras? – replica Linc, desconcertado. Ante la mirada de total confusión de su hermano, menea la cabeza y suspira – Hace un par de años los rusos y los kosovares untaron a uno de los funcionarios para que los colgase en el blog de los presos y desde entonces están a disposición de cualquiera. En realidad, tampoco es que los utilicen mucho: a los peces gordos les conviene estar aquí para dirigir sus negocios desde dentro hasta ponerse a bien con la ley y los otros no tienen ni cerebro ni ganas para ponerse a planear una fuga como es debido. Además, yo que tú no me fiaría de esos planos. Creo que a la hora de construir la prisión hubo no sé cuántas modificaciones respecto al proyecto original y no se hicieron constar. Ya sabes, problemas con los presupuestos y todo eso. Hombre, por lo menos te van a servir para ir de guay por aquí. A ver, enséñamelos … Jooopeeee, macho, te has pasado tres pueblos. ¿Cuánta guita te ha costado la calcamonía esa?
- En realidad me salió gratis – respondió Michael, entre apesadumbrado y perplejo – Me lo hizo una colega que se tiró a hacer Diseño, no le salió curre y se montó una tienda de tatuajes. Le llevó la tira de horas, pero ella decía que no le importaba estarse conmigo lo que hiciera falta. Oye, Linc, hay una cosa que no entiendo en eso de los planos: ¿cómo es que no guardias no los han quitado del blog? Por mucho que tú digas, sí que pueden servir para salir de aquí.
- ¿Los guardias? ¡Pero si la mayoría de ellos ni saben lo que es un blog! Si hasta tienen que llamar al Jaker para que les meta en las páginas guarras, que es lo único que les interesa de Internet. No, los rusos los pusieron un poco por cachondeo y un poco para ver si alguien estaba al quite del blog. Como no pasó nada, saben que es bastante seguro, así que lo utilizan para mandar mensajes en clave y llevar los negocios. Mira, hablando del rey de Roma, allí está el Jaker. ¿Qué tal, colega?
Tras recibir un amistoso saludo del gitanillo a quien se dirigía, Linc y Michael continuaron su paseo por el patio de la prisión. Ambos presentaban un aspecto más bien mohíno, aunque por distintos motivos.

4 comentarios:

ana dijo...

carolina ¿eres guionista?

Conchi dijo...

¿Ves, Carolina? También Ana ha visto tus cualidades como escritora. ¡Mujer de poca fe que no crees en tus posibilidades!

carolina dijo...

Pos claro que soy guionista, Ana. Que te cuente Conchi el último trabajo que hice para esos inútiles de Hollywood. Ná menos que "Matrix IV: Regeneration", con tíos mazizorros ligeros de ropa, ambiente apocalíptico, tanto virtual como analógico, sexo apocalíptico (también virtual y analógico, esto último en el sentido literal de la palabra) efectos especiales y porrazos por un tubo. Pero al final me lo rechazaron, porque dijeron que eso no vendía y que dejara el arte y ensayo para los festivales de cine independiente.
En fin, el caso es no desesperar. Gracias por vuestros ánimos, chicas.

ana dijo...

Carolina, pues a mi me parece estupendo, en serio, yo que tengo tan poca imaginación.
¡¡Ánimo!!