jueves, 15 de mayo de 2008

George e Isabel


Esta entrada se la dedico a Ana, que nos ha comentado alguna vez que le gusta George, gusto digno de alabanza, naturalmente. En esta revista lo ha entrevistado Isabel-reina-del-retoque y del-photoshop-Preysler.


En la espectacular casa a pie de playa de Cindy Crawford se dieron cita dos invitados muy especiales: George Clooney e Isabel Preysler. Se saludaron como dos viejos amigos y recordaron la fiesta que ella dio en su honor en su casa de Madrid el año pasado. Ahora le ha tocado a George corresponder a esta hospitalidad y junto a la top model Cindy Crawford y su marido, Rande Gerber, grandes amigos del actor, invitó a Isabel a una cena y una fiesta para celebrar anticipadamente su 47 cumpleaños.


Poco antes de la cena, en un ambiente relajado, Isabel Preysler le hizo una entrevista en exclusiva para la revista ¡Hola! en la que él ofrece una fascinante visión sobre su vida como uno de los hombres más famosos del mundo. "He tenido más éxito del que nunca pensé y no me identifico con la imagen de 'sex-symbol'", asegura el actor más deseado de Hollywood, que probablemente seguirá siendo uno de los solteros de oro del séptimo arte, ya que según confiesa a los lectores de la revista ¡Hola! "ni me tienta ser padre, ni me veo rodeado de una familia".


Una larga y sincera entrevista en la que se ve de una vez por todas quien es el verdadero George Clooney, que pese a su fama, confiesa que su mayor triunfo de su vida son sus diez mejores amigos, los mismos desde hace treinta años. Y nos habla entre otras muchas cosas de cómo llegó a ser actor, sus diferentes y peculiares trabajos que desempeñó antes de cumplir 33 años y convertirse en la estrella de la serie Urgencias, y como no de sus grandes amigos de Hollywood, entre ellos Javier Bardem y Brad Pitt.

3 comentarios:

ana dijo...

Ja, ja. Muchas gracias. Me gusta bastante. Aunque debo reconocer que ayer me gustaba; que hoy todavía me gusta, pero no sé que pasará mañana, podría cambiar.

Conchi dijo...

Pues para eso multitud de hombres en el mundo, para que cambies de gustos cuando te apetezca sin tener que rendirle cuentas a nadie.

Mari Pau dijo...

Está bien el hombre, es un pendón pero no tiene que darle cuentas a nadie, hoy tiene una, mañana otra y pasado otra u otro.