Sinopsis:
La trama sigue de cerca las vidas de Douglas Freeman (Jake Gyllenhaal), un analista de la CIA que trabaja en el norte de África y que, tras presenciar el brutal y poco ortodoxo interrogatorio al que somete la policía secreta norteafricana a un egipcio-americano, se ve forzado a poner en tela de juicio la misión que le han encomendado; Anwar El-Ibrahimi (Omar Metwally), el ingeniero químico egipcio-americano cuya familia emigró a Estados Unidos cuando él era un niño y que ahora es sospechoso de participar en un atentado; su esposa, Isabella El-Ibrahimi (Reese Witherspoon), está embarazada y hará todo cuanto esté en su mano por encontrar a su esposo, que al parecer ha desaparecido en un vuelo entre Ciudad del Cabo y Washington, DC. Para ello contará con la ayuda de un amigo de la facultad que tiene buenas relaciones entre la clase política; Alan Smith (Peter Sarsgaard), asesor del senador Hawkins (Alan Arkin), quien descubre el perturbador hecho de que, siguiendo las órdenes de la directora de la división de antiterrorismo de la CIA, Corrinne Whitman (Meryl Streep), a Anwar le han enviado a un país del tercer mundo para interrogarle; Abasi Fawal (Igal Naor), es el director de la prisión secreta y tiene problemas personales con su rebelde hija, Fátima (Zineb Oukach) y el novio de ésta, un fundamentalista islámico llamado Khalid (Moa Khouas).
Con un reparto excepcional, esta película se encuadra en la última corriente de autoflagelación de los yanquis en los últimos meses. ‘Lo hemos hecho mal, requetemal, y ahora invadimos los cines con nuestros errores’. No acaba de colar, pero se agradece el intento.
Uno de los diálogos más impactantes de la película la ofrecen Gyllenhaal y Streep cuando el primero comenta ‘Sí, es mi primera tortura’, y la segunda le espeta ‘Los Estados Unidos no torturan’. Hasta aquí todo parece que gira en torno a una crítica feroz a la política norteamericana, pero me cuesta pensar que, sólo contando un punto de vista y donde al final los yanquis son los héroes y los árabes los bárbaros, podamos hablar de una ‘crítica’ objetiva. La lástima es que el tono no es el adecuado, al menos yo no logré emocionarme ni conectar con los personajes.
Para acabar, un cotilleo: en esta peli se conocieron y enrollaron Jake Gyllenhaal y Reese Witherspoon (menudos nombrecitos) aunque no comparten ninguna escena en todo el metraje. Aunque el chico no está mal, no me hace ni fu ni fa: prefiero al ex marido de ella, Ryan Phillippe.
3 comentarios:
Ni punto de comparación!!
Está visto que si no nombro al guapetón no te dignas a acompañarnos en tus comentarios.
Sea como sea, bienvenida de nuevo.
Jo tampoco es eso, me he registrado por alusiones en Wham pero ya que estaba...
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