martes, 26 de agosto de 2008

¡Enhorabuena, campeones!




Estoy contentísima porque mis chicos del baloncesto, tras un final tan de infarto que tuve que hacer zapin pues mi pobre corazón no soportaba tanta presión, ganaron la medalla de plata, repitiendo así, 24 años después, la mítica final de los JJ.OO. de Los Ángeles, aquellos que me hicieron amar el baloncesto en general y a Epi en particular.


Los que me conocéis sabéis de mi pasión por el baloncesto. ¿No será más bien por los jugadores?, podría objetar una voz maliciosa. En gran medida sí, pero sin dejar de reconocer que es un deporte tan emocionante, ágil, viril, no apto para cardíacos. que me entusiasma presenciar, sobre todo en directo y con buenos profesionales.

Era el único deporte que soportaba cuando era pequeña y mi padre y mi hermano lo veían en televisión. Tendría unos 16 años cuando empecé a cartearme con una chica de Madrid, Rosa Mª (¿qué habrá sido de ella?). Aunque su gran amor era Julián, del grupo Tequila, comenzó a hablarme de jugadores de baloncesto cuyos nombres me sonaban ligeramente pero cuyo físico no acababa de ubicar. Con este propósito me dediqué a prestar atención a los partidos que emitían por la tele. Además de sentirme poco a poco atraída por la emoción del juego en sí, se abrió un nuevo mundo ante mis ojos, el de unos señores quizás no tan guapos como los actores que me gustaban pero con unos cuerpos alucinantes y, lo que es más curioso, tremendamente reales, esculpidos a base de esfuerzo y no con el simple propósito de aparecer atractivos en la pantalla. Pronto me fueron familiares nombres como los de Fernando Martín (q.e.p.d.) o Juan Antonio San Epifanio. Como a mi amiga le gustaba Martín, fue Epi quien se convirtió en una pasión de la que os hablaré otro día.

En fin, que han tenido que pasar 24 años para que España se volviera a colgar la medalla de plata en unos Juegos Olímpicos, como tuvieron que pasar 21 para que la generación de 1959 (Epi, Romay, Fernando Martín...) se reencarnara en la generación de 1980 (Pau, Navarro, Raúl, Felipe) que, además de excelentes jugadores, son unos muchachos encantadores, como ya os conté cuando puse las fotos que tengo con Pau, Navarro y Calderón.

¡Enhorabuena, campeones!


3 comentarios:

ana dijo...

A los chicos del Baloncesto los veo accesibles, sencillos y no como a los del fútbol que están endiosados y divos.
Mis felicitaciones para ellos.

Mari Pau dijo...

Epi era famoso en nuestra época. La madre de Pau y Marc, qué comió durante el embarazo que le salieron semejantes torres?

maria esther dijo...

Que guapo era Fernando martin.Epi creo que es comentarista de baloncesto en la television.