viernes, 8 de agosto de 2008

Expo Zaragoza 2008


El día siguiente lo pasamos entero en el recinto de la Expo, tiempo a todas luces insuficiente para recorrer un recinto tan grande y visitar el más de un centenar de pabellones, y eso que yo tengo el “privilegio” de no hacer cola en ninguno a excepción del de España y el del Acuario Fluvial. Por supuesto, pasé de ellos habiendo tantas cosas que ver. Partiendo de la base de que a mí me encantan todas estas movidas tipo parque temático, reconozco que pocos pabellones valían la pena de hacer una hora o más de cola: muchos se limitaban a ser un bazar donde vender productos típicos. En otros se centran en la presentación de audiovisuales, más o menos elaborados. Si te da por empezar por los pabellones autonómicos y te pegas allí todo el día saldrás con la cabeza cuadrada de ver una película detrás de otra. Castilla la Mancha, por ejemplo, pone primero uno introductorio en el que nos saluda Don Quijote; luego, sin apenas dar tiempo a echarle un ojillo a los paneles y las fotos, otro de propaganda anti-trasvase Tajo-Segura, supongo que subvencionado por el Gobierno. El que más me gustó, el de Andalucía, una sucesión de tópicos turísticos pero tan bien contados, de una forma muy creativa y colorista, y acompañados con chorros de agua, luces, etc, que la gente sale encantada.



De los internacionales, me encantó el de Alemania, donde se hace un viaje en una barca por una instalación acuática de fantasía. Al contrario que los países que ponen el típico cartel con fotos y nos hacen leer y leer, el pabellón germano ha optado por facilitarnos la vida y no hay que leer nada sino que te lo cuentan. La barca es para dos personas que van entre sentadas y tumbadas. Nada mas subir hay que pulsar el botón de tu idioma y una voz femenina que parece que te esté contando un cuento de hadas va explicando cosas de forma sencilla y atractiva. Las explicaciones acompañan a la visión de un mundo colorido y creativo donde los pétalos de las flores son botellas vacías y los lavabos sirven para alicatar la pared. Al entrar, una amable teutona nos explicó que tenían una de esas barcas preparadas para sillas de ruedas, pero no para las motorizadas como la mía sino para las manuales, y me ofrecieron cambiarme a una de éstas. Mi hermana no tiene suficiente fuerza para ello de modo que preguntamos si alguien podría ayudarnos. No tardó en venir un pedazo de tío cachas y guapetón que no parecía alemán (luego nos contó que llevaba sangre brasileña) que me trasladó a la otra silla. Si me quedé encantada con él que hasta lo inmortalicé en una foto.



También entramos en la emblemática Torre del Agua: dentro hay una exposición llamada Agua para la Vida, una fuente-lluvia y una enorme escultura llamada Splash, que es de verdad impresionante con sus 21 metros de altura.


En cuanto a los espectáculos, me encantó la cabalgata diseñada por el Circo del Sol “El Despertar de la Serpiente” al mediodía, con un recorrido coreografiado y salpicado de intervenciones de un gran nivel acrobático como los diábolos, manipulación de cintas, aros… El hombre y su relación con el agua es el tema central de "El hombre vertiente", un espectáculo multisensorial creado por el artista argentino Pichón Baldinú, muy curioso aunque pesimista al final. El que menos me gustó, quizá porque lo vi desde un poco lejos fue el de la noche, que consiste en un Iceberg que se abre para mostrar en sus pedazos unas proyecciones acompañadas de música. En el centro hay una cabeza humana que va girando y uno de cuyos ojos es una pantalla en la que se ve un ojo de verdad, cosa que crea un efecto muy llamativo. La cosa que nos cuentan va a peor hasta que aparece un señor en cueros (única persona humana del show) que saca agua del suelo y todo vuelve a empezar. Aparte de éstos, que se ofrecen a diario, también vimos un recital de jotas, a una violonchelista, una Steel Band en el pabellón caribeño y una canción del concierto de Diana Krall.

7 comentarios:

Mari Pau dijo...

Supongo que haría mucha calor y eso agota muchoooo.

Mari Pau dijo...

Según tu, que eres experta cum laude en expos, vale la pena ir?

ana dijo...

Pues no me verán en Zaragoza, lo siento, no me paso el día de pabellón en pabellón. Conchi, es que tú no te pierdes una.

maria esther dijo...

A mi lo que mas me gusta de Zaragoza es un maño que conozco.

Conchi dijo...

Esther, a ver cuándo nos hablas del maño y de tu viaje a tierras navarras.

Conchi dijo...

Mari Pau, vale la pena ir, pasear por el recinto y ver lo que se pueda, pero no hacer horas de cola.

Anónimo dijo...

Chicas, tomar nota: "Más vale maña que maño"...
Nosotros los navarros nunca hemos sido muy amigos de los aragoneses, de ahí otro refrán: "Aragoneses y navarros, primos hermanos"...