miércoles, 15 de julio de 2009

Estupor y temblores


Sinopsis:

Esta novela de inspiración autobiográfica, que ha obtenido un enorme éxito en Francia, cuenta la historia de una joven belga que empieza a trabajar en Tokio en una gran compañía japonesa. Pero en el Japón actual, fuertemente jerarquizado, la joven tiene el lastre de un doble handicap: es occidental y mujer, lo cual la convertirá en blanco de una cascada de humillaciones y de una progresiva degradación laboral que la llevará a pasar de la contabilidad a servir cafés, ocuparse de la fotocopiadora y finalmente encargarse de la limpieza de los lavabos masculinos.


Se trata de una novela corta (para devorar de una sentada), directa, muy fácil de leer. El estilo navega entre la desesperación absoluta y la resignación total, sin perder en ningún momento un siempre perceptible tono irónico y una mala leche que a veces asusta. Y no es para menos. A buenas horas una occidental moderna iba a aguantar la hipocresía, las rígidas costumbres del mundo empresarial nipón, las evidentes injusticias que en su sociedad (memorables los párrafos en que a través de un elogio de la mujer japonesa denuncia el tradicional machismo nipón), o los abusos de poder de ciertos cuadros de mando del país con mayor porcentaje de suicidios del mundo.
Me desesperaba tanto leer sobre los sinsentidos de la sociedad japonesa que, la verdad, han perdido muchos puntos a mis ojos.

3 comentarios:

carolina dijo...

Una de las mejores novelas que he leído últimamente. A veces me entraba la risa por la ironía, el desapego e incluso el esperpento que afloraba en algunos pasajes y otras me quedaba flipando. ¿Pero de verdad es así?, me preguntaba. ¿No estará Amelie cargando las tintas y despachándose a gusto por la mala experiencia que tuvo? No lo sé. Sólo sé que si es verdad lo que ella dice en los famosos pasajes acerca de lo que la sociedad nipona espera del hombre y de la mujer, ambos víctimas por desigual, entonces lo que me extraña es que no haya más suicidios. Es una presión tan descomunal y una anulación tan brutal de los deseos del individuo que a los occidentales, sobrados de otros muchos defectos, nos choca.
Desde aquí recomiendo al personal que la lea en cuanto pueda. Mi único problema es que me gustaría regalársela a un montón de personas: mi hermana Alicia, que trabaja en Teka y que está sometida a veces a una gran presión, mi madre, mi amiga Alejandra, que hace poco fue víctima de su jefa "japonesa" particular.
Yo creo que Japón es una sociedad fascinante que tiene muchos logros en su haber, pero no se puede apostar todo a la carta de la jerarquía, y menos en estos tiempos.

Mari Pau dijo...

Lo siento, me puede la injustícia del machismo ,la opresión del individuo por alguien considerado jerarquicamente superior a él

Mari Pau dijo...

Soy pirata, lo sé, pero ya me lo he bajado de internet. Dispongo de un lector digital y cuando las librerías ofrezcan libros digitales a un precio razonable (considerando que no hay gastos ni de papel, ni de imprenta, ni de distribución etc), dejaré de ser pirata.