miércoles, 15 de julio de 2009

La señora Final de la 2 temporada


Me gustan las series y culebrones de época. Esta semana acabó la 2 temporada de "La señora". Esta serie se centra en los años 20 y en los maravillosos paisajes del norte cantábrico. Ya el pie de entrada de la serie o culebrón me encanta con la música, la casa señorial y los paisajes... Una ciudad de provincias del norte de España, representativa de las arcaicas tradiciones del país de esos años, es el escenario de esta serie que bucea en la memoria histórica. La historia se adentra en una época en la que se comienzan a vivir cambios, que son el germen de una revolución que parece asentarse entre las clases populares, eternamente enfrentadas a los implacables oligarcas y terratenientes. Pero la historia se esta enrevesando mucho tipo culebrón-dramón... en fin la seguiré... hasta que me canse... Y estoy con Conchi en que el marqués de Castro está cañon, de toma pan y moja (con el permiso de mi señor marido que sabe que perro (yo) ladrador poco mordedor y que tener un tío en graná ni es tío ni es ná), en cambio el cura no tiene para mi nada de feeling, ni morbo ni res de res... Victoria (es la señora), hija, elije al marqués aunque sea el malo, que comparado con el otro no hay color...

3 comentarios:

ana dijo...

Mari Pau, y no puede quedarse con los dos? A mi el cura también me gusta

Conchi dijo...

Aparte de lo actorazo que es y lo rico que está Roberto Enríquez, no cabe duda de que el Marqués es el personaje más complejo y atractivo de la serie.

carolina dijo...

Yo también me decanto por el señor marqués, como bien sabe Conchi, aunque no es cuestión de negar que el cura también tiene su aquél. Anda que si nos encontrásemos a un señor con esa planta oficiando misa, no nos asaltarían impías tentaciones.
En cuanto al marqués de Castro como personaje, lo cierto es que no sé muy bien qué pensar de él: cuando se pone a despotricar contra los obreros, me digo "¡pero será capullo y egoistón!"; cuando emprende alguna de sus maquiavélicas maldades para mantener su matrimonio con Victoria, le tildo de villano; pero cuando se nos pone a llorar con desconsuelo por haber perdido el amor de la mujer que en el fondo quiere, no puedo evitar apiadarme y reconocer que tiene su corazoncito, lo cual le convierte en el más peligroso de los seres: un malo con su lado tierno. Y cuando se nos aparece descamisado...mmm, mejor no digo lo que pienso.