lunes, 27 de julio de 2009

Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres


Sinopsis:
Hace 40 años, Harriet Vanger desapareció de una reunión familiar en la isla que pertenece y es habitada por el poderoso clan Vanger. Su cuerpo nunca se encontró, sin embargo su tío está convencido de que fue asesinada y de que el asesino es un miembro de su propia familia, una familia unida y a la vez disfuncional. Contrata entonces a Mikael Blomkvist, periodista caído en desgracia y a la tatuado y salvaje hacker informática Lisbeth Salander para investigar el caso.
Será cuando la pareja relaciona la desaparición con un número de grotescos asesinatos de hace cuarenta años, cuando comiencen a desentrañar una oscura y horrible historia familiar. Pero los Vanger son una familia reservada, y Blomkvist y Salander están a punto de averiguar lo lejos que están dispuestos a llegar para protegerse.


Hace unos meses os comentaba cuánto me había fascinado esta novela, así que me llamaba la atención ver su versión cinematográfica. Puesto que no me la habían prestado bajada de la red ni tampoco iban a proyectarla en el cine La Esperanza, no me quedó más remedio que ir a unos multicines convencionales. El grave error por mi parte fue no acordarme de que en verano ponen el aire acondicionado tan fuerte que se te congelan hasta las ideas y que es conveniente llevar una chaqueta, cosa que se me olvidó. Espero tenerlo presente el verano próximo.


A lo que iba: a priori, se trataba de un libro de difícil adaptación no sólo por su extensión sino por la inmensa cantidad de datos que aporta sobre los protagonistas propiamente dichos y, sobre todo, sobre la familia que investigan. La criba y las tijeras eran inevitables; aun así, creo que no dañan a la posible pérdida de claridad del argumento: al revés, lo simplifica y enfoca sin distraer. Las escenas más sórdidas están cuidadosamente tratadas: no puede desaparecer la violencia (se desvirtuaría el espíritu de la novela) pero tampoco se encarniza gratuitamente. Otro acierto es que los actores, suecos, sean desconocidos para el gran público, lo que ayuda a centrarse en los personajes, sin tener que ver a fulanito o a menganita haciendo de tal o cual entre los que destaca la genial recreación de Lisbeth.

En suma, unos de esos raros casos en que la película no me ha decepcionado respecto al libro.

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