Sinopsis:
Sonia Cameron escapa a su turbio matrimonio con sus clases de danza. Es su pequeño refugio. Hasta que un día decide, invitada por una amiga, viajar a Granada para celebrar su cumpleaños. Ahí descubrirá un escenario fascinante bajo la presencia imponente de la Alhambra, los bares abiertos hasta la madrugada, la pasión desbordante del flamenco y una ciudad que oculta, aún, el drama de la Guerra Civil. A Sonia le cautiva unas viejas fotografías de un bailaor durante la II República y el relato de los hermanos Ramírez, una familia dividida por el horror de la guerra. Ella reconstruirá, entonces, la vida de Antonio, profesor socialista; el torero Ignacio; Emilio, músico, y Mercedes, bailaora que emigrará a Gran Bretaña. Sonia nunca imaginaría que la casualidad le conduciría a un viaje en el tiempo que será mucho más relevante para ella de lo que jamás hubiera podido creer.
Este libro me lo regaló por mi cumpleaños un amigo granadino, orgulloso de que el argumento girase en torno a su hermosa tierra. La autora, Victoria Hislop, hija de la Gran Bretaña, acusa a sus compatriotas del desconocimiento hacia nuestra historia. Según dice, a los niños en los colegios británicos les enseñan una enorme cantidad de cosas sobre la Segunda Guerra Mundial, sobre Hitler y Mussolini, pero Franco apenas se menciona; es como mucho una nota a pie de página en los libros escolares de historia y así lamenta que tanta ignorancia caracteriza la posición británica. Tampoco es que los españoles seamos grandes conocedores de la historia británica que digamos, así que no me atrevo a criticarlos. El propósito de iluminar a sus paisanos puede ser muy loable, pero me parece fallido. A mi juicio, aunque esté bien documentado, se limita a encadenar tópico tras tópico entre bailaoras y toreros. Que sea abiertamente tendencioso quizá sea el menor de sus problemas. Si la misma historia humana de fondo se hubiese enmarcado en cualquier otra confrontación bélica, quizás me habría gustado más, pero que una inglesa venga a contarme coplas de mi tierra, como que no me convence.
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