miércoles, 27 de octubre de 2010

Las dos caras de Viriato


Os recuerdo que esta noche podéis ver el segundo episodio de Hispania, la leyenda.
Aparte de lo que se estudia en la escuela y anterior a la serie, mi más reciente recuerdo de Viriato data de mi primera visita a Zamora. Mi cicerone, mi buen amigo José Ángel, me llevó a un parque donde se encuentra una estatua del lusitano, con su porte aguerrido y una espada (¿o falcata?) en la mano.

La gracia de la figura es que, según el punto de vista desde el que se mire, el arma blanca parece otra cosa, igual de peligrosa pero nada de blanca. En este caso sí es cierto lo de que una imagen vale más que mil palabras. Ni corta ni perezosa, llamé el lunes a mi amigo para pedirle que tomara las fotos que al día siguiente ya estaban en mi correo y que son las que os muestro. No me negaréis que la última está muy lograda. Por cierto, me jura que lo de la paloma fue puramente casual.

2 comentarios:

Johnny dijo...

Asi es, todo depende del cristal con que se mire o todo depende del ángulo de la foto y con la agudeza de cada persona.

Alberto dijo...

Me crié a la sombra de esa estatua, y hasta me abrí la cabeza contra el cuerno del carnero, en mi lejana infancia...
El domingo lo veré de cerca, que vuelvo a Zamora después de 8 meses.