Sinopsis:
“Sancho, amigo, has de saber que yo nací, por querer del cielo, en esta nuestra edad de hierro, para resucitar en ella la de oro, o la dorada, como suele llamarse. Porque entonces, los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío. Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes. Todo era paz entonces, todo amistad, todo concordia: no había fraude, el engaño ni la malicia mezclándose con la verdad y llaneza. La justicia se estaba en sus propios términos, sin que la osasen turbar ni ofender los del favor y los del interese, que tanto ahora la menoscaban, turban y persiguen. Andando más los tiempos y creciendo más la malicia, se instituyó la orden de los caballeros andantes para defender las doncellas, amparar las viudas y socorrer a los huérfanos y a los menesterosos. Desta orden soy yo, hermano.“
El sábado fui a la Casa de Cultura a ver una versión teatralizada de Don Quijote, una manera de celebrar el cuarto aniversario de nuestro autor más universal, que no solo de Shakespeare vive el amante de la literatura.
Con una puesta en escena curiosa y divertida, cuatro actores representan los papeles principales de la primera parte del Quijote. No está destinada al público infantil en especial pero habría entretenido a niños también: aunque no hubiesen entendido del todo el texto, se habrían reído con las peripecias del caballero con el molino, los rocines de pega, el histrionismo de los actores y ver a sus paisanos subir al escenario para ejercer de galeotes acompañando a Ginés de Pasamonte, por poner unos ejemplos.
Al estar incluida en el ciclo de teatro para adultos, el número de asistentes se vio drásticamente reducido, lo que es una verdadera lástima.
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