Sinopsis:
Tras ganar una batalla decisiva, y recién ascendido por el rey Duncan (David Thewlis), el fiel Macbeth (Michael Fassbender), duque de Escocia, recibe de tres brujas denominadas las Hermanas Fatídicas la predicción de que será rey, aunque sin dejar descendencia.
Decidido a apresurar el vaticinio, e instigado por su esposa Lady Macbeth (Marion Cotillard), la pareja invita a Duncan a celebrar la victoria en su morada. Aprovecharán la noche para asesinarlo, inculpando a sus guardias y consiguiendo así que la corona recaiga en la cabeza de Macbeth. Será entonces cuando la culpa y la paranoia comiencen a corroerlos, sobre todo a él, que pasará de glorioso guerrero a oscuro rey. La traición, el poder, la ambición y la culpa entrarán en escena, en un contexto donde todos a su alrededor serán sospechosos de conspiración.
Me temo que la película me dejó un poco fría, y no solo por los gélidos paisajes escoceses. No acabé de conectar con la historia, supongo que en parte por no conocerla tanto como la del príncipe danés, o será que me cansan esas batallas épicas y sangrientas en campos abiertos, al estilo de El señor de los anillos.
No tengo pegas objetivas que ponerle a la película: interpretaciones destacadas, ambientación más que correcta, factura estética impecable… Con todo, me dejó indiferente. Quizá no me pilló en el mejor momento y se merezca otra oportunidad.
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