Sinopsis:
Jessica Jones volvía un día a casa en coche con su familia y tuvieron la mala suerte de chocar contra un convoy militar que cargaba productos radioactivos. Su familia murió y ella entró en coma para despertar más tarde con fuerza sobrehumana, invulnerabilidad y capacidad para volar.
Desde que su corta vida como superheroína terminó en tragedia, Jessica Jones ha estado reconstruyendo su vida personal y su carrera como detective irascible y sardónica junto a otro ex superhéroe algo turbulento. Plagada de odio y estrés postraumático, Jones batalla demonios dentro y fuera del trabajo usando sus habilidades extraordinarias, sobre todo si están dispuestos a extender un cheque.
Mi desconocimiento del mundo Marvel anterior a la última hornada de películas populares me llevó a la tremenda sorpresa de esta serie.
La protagonista tiene un superpoder, a su pesar, pues su carácter un tanto antisocial no alberga la menor intención de ser superheroína. Salvar al mundo no entra en sus objetivos: con sobrevivir le basta.
Lo habría conseguido de no haberse topado con el villano más odioso de los últimos tiempos, el epítome del maltratador, el paradigma de la dominación a la fuerza que denota la mayor cobardía moral: Kilgrave, interpretado magistralmente por David Tennant y su elegante acento inglés. Qué abominable individuo, cuánto he disfrutado aborreciéndolo.
No se trata en absoluto de una serie para toda la familia. Es violenta, sexual, con giros argumentales que son auténticos mazazos en las entrañas.
He visto los 13 episodios que componen la primera temporada en un par de semanas, de enganchada que me tenía. Espero que no me decepcione la segunda cuando la emitan.
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