Sinopsis:
Julián y Tomás, dos amigos de la infancia que han llegado a la madurez, se reúnen después de muchos años y pasan juntos unos días inolvidables, sobre todo porque éste será su último encuentro, su despedida.
En plena resaca de los Goya, el domingo me dispuse a ver Truman, la más premiada. La verdad es que es una película muy “potita”, con sentimientos a flor de piel, con la lagrimita a punto de asomar para ser contenida (o no, en mi caso) con un elemento de comedia sutil, fina y elegante. Es una oda a la amistad, ese vínculo tan fuerte que no se basa en sangre ni en sexo. El otro gran tema es la pérdida de un ser querido, de cómo afrontarla, de cómo lidiar con la impotencia que nos produce.
Como conductores de ese flujo de emociones, Ricardo Darín y Javier Cámara, dos actores en estado de gracia, justamente premiados, aunque todas las actuaciones masculinas aspirantes a Goya que he visto han sido soberbias; las femeninas no las conozco.
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