Sinopsis:
Carmen, católica, apostólica y malagueña, va a convertirse en la presidenta de su cofradía. Pero se lleva un gran chasco cuando el grupo elige a Ignacio, su máximo rival. Lejos de aceptarlo, se mete en un lío que parece no tener fin. Pastillas, torrijas, su hija, la nieta y la vecina. Tiene medio pueblo en casa, la otra mitad en la calle y todos la necesitan.
No sé por qué me puse a ver esta película y la verdad es que no me he arrepentido, ya que es una comedia costumbrista que se deja ver con agrado por varias razones. Primero, por el mensaje feminista, aunque sea moderadamente: las cofradías siempre han sido un reducto donde los hombres han mostrado su poder y las mujeres no han pasado de ser unas secundarias de adorno. El retrato de tales cofradías de Semana Santa no me resulta muy familiar, aunque supongo que se pueden extrapolar a la presidencia de una comparsa de Moros y Cristianos o a la de una banda de música, por poner dos ejemplos más cercanos. Además, es digno de aplauso el trabajo de Gloria Muñoz, en un papel tan distinto a la exdirectora de la academia de La otra mirada, al igual que el resto de secundarios.
En suma, pasé una hora y media entretenida sin esperarlo.
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