domingo, 21 de octubre de 2018
Ruta de las Campanas y Ruta de la Alfarería
Aún nos os he contado la Feria Artesanal y Gastronómica. Desde el viernes 5 hasta el martes 9, día de la Comunidad Valenciana, las calles de Agost recibieron visitantes de los aledaños y los paisanos salimos al recinto ferial, si no a comprar, que también, al menos a socializar en torno a una caña y una tapa. El tiempo acompañó también, con calorcito no agobiante, y noches que refrescaban y requerían una chaquetita.
Mari Pau y yo participamos en muchas de las actividades ofertadas y si no asistimos a más es porque se solapaban unas con otras. Así, el sábado 6 ejercimos de turistas en nuestro pueblo junto a forasteros realizando la ruta de las campanas. El guía, que es el director del Museo de Alfarería, nos iba explicando la historia de Agost contando como pilares los tres edificios religiosos: la ermita de las Santas Justas y Rufina, la de San Pedro y la Iglesia Parroquial.
La que más me interesaba era la segunda, ya que se ha mejorado su acceso desde antes del verano. No me había acercado todavía, aparte de por el calor, porque la empinada cuesta de la calle San Pedro me merecía respeto. Tras haber salvado, cual ninja warrior, las de los pueblos pirenaicos, ya me parecía pan comido.
El domingo repetí por enésima vez la ruta de la alfarería, que recorre los lugares de mi niñez. Además de Mari Pau, me acompañaba la guapetona Leonor, vecina de la calle Alfarería y de familia de alfareros también, amiga por tanto de toda la vida.
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