Aunque ya hemos entrado en octubre, me quedan por contar unas cuantas etapas del viaje al Pirineo Aragonés del mes pasado. La tarde del martes 11 de septiembre visitamos el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, visita que me recordó a la del Parque Nacional de Aigüestortes en el Pirineo Catalán en el 2009.
Al igual que en el otro, tampoco se puede acceder con vehículo propio ni autocares turísticos sino que hay que trasladarse, previo pago, a los autobuses del parque. Como estos no estás adaptados, nos dieron permiso para que el nuestro lo acompañara. Algunos miembros del grupo prefirieron quedarse sin ver tal maravilla de la naturaleza alegando mareos por la multitud de curvas en la carretera conforme se asciende en altitud. Una lástima, porque el lugar es impresionante.
Menos mal que en 2012 el Gobierno de Aragón habilitó el primer sendero accesible para discapacitados que recorre el fondo del valle de Ordesa por el margen izquierdo del río Arazas hasta el puente de Cotatuero, un vial de 220 metros lineales, de 2 metros de anchura con pavimento de hormigón impreso que permite recorrer el entorno de la verde pradera y el aparcamiento para vehículos, para así poder llegar sin dificultad hasta la misma entrada del sendero.
Mirad qué maravilla de vistas.
Aquí con mi hermanas, unas amigas del viaje y Blanca, la guía acompañante, que lleva la bufanda blanca.
Esta enorme seta la cogió una señora que venía con el grupo y se la pedí prestada para hacerme la foto. No recuerdo el nombre pero sí la sensación extraña y aterciopelada al tacto.
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