No sé si este año pasará lo mismo que el último día de octubre del pasado. Salgo del trabajo a las 9 de la noche como todos los días y me encuentro a numerosos grupos de niños y no tan niños disfrazados de brujas, vampiros y seres de parecida catadura. En efecto, era la noche de Halloween. ¿Desde cuándo se celebra semejante tontería en España? ¿Estoy viviendo en Agost o en Minnesota?
Al llegar a casa, le pregunté a Pedro si teníamos caramelos. Extrañado, me preguntó que para qué los quería. Cuando le conté el percal, se rió pues no creía que viniese ningún niño a pedirnos dulces. Al poco suena el timbre y oímos eso de “truco o trato”. Se trataba de Santi, el hijo de unos amigos nuestros. Le dimos los caramelos que teníamos y tomamos nota mentalmente para abastecernos de chucherías el presente año porque, como se extienda la moda, los críos estarán toda la noche dando guerra.
Recordad: Si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él. Que lo disfrutéis.
2 comentarios:
Hija, no luches en vano contra la cultura globalizadora de la "wonderful USA"
No si aquí todo lo que sea fiesta... seguro que a nadie se le ocurre copiar por ejemplo la cena de acción de gracias, y la tenemos igual de vista en series y películas.
Qué pena que no se importara la tradición un poco antes, ahora ya se me ha pasao el arroz!
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