Mari
Pau nos ha loado varias veces las maravillas del libro electrónico, su comodidad,
su ligereza, su capacidad y el resto de sus prestaciones. De momento aún no he
sucumbido a la tentación pero es de esperar que más pronto o más tarde caeré,
sobre todo cuando encuentre uno cuyos botones sean fáciles de manejar para mí.
Y
es que a todas estas ventajas hay que sumarle, según he leído, que reactiva la
vida sexual de las parejas. Tranquilos, no me seáis pervertidos (o sí)
imaginando usos nuevos al aparatito, que enseguida os lo explico.
Leí
hace poco en El país que el ‘ebook’
ha propiciado un nuevo tipo de bestsellers.
Se trata del denominado “porno mamá” (nombre horroroso donde los haya, bien
podrían haber pensado en algo más sugerente), un género que ha puesto de moda E
L James, una escritora que vive en el West
London, está casada y tiene dos hijos. Lleva vendidos más de
250.000 ejemplares de Fifty Shades of
Gray. La novela está en el número uno de los ‘ebooks’ más vendidos en
ficción del New York Times y en el cuarto de la lista de Amazon. La difusión de
boca en boca por Internet superó la disponibilidad de los editores.
¿Y
por
qué para
algunas lectoras las novelas de James consiguen “volver a encender un fuego en
gran cantidad de matrimonios”? Ahí viene el quid de la cuestión: Una ventaja de
los libros digitales es que no hace falta forrarlos para que la gente no vea
qué se está leyendo, por ejemplo, en el metro. De este modo, las mujeres pueden
leer este tipo de libros sin que nadie sepa lo que están leyendo en sus iPad o
en sus Kindle. Es cierto que el género romántico- erótico tiene cada portada
cantosa que da vergüenza ajena y no apetece ir mostrando. No es este el caso,
donde solo aparece el nudo de la corbata, imagen inocente a simple vista pero
cargada de connotaciones para quien haya leído la novela. ¿Que cómo lo sé?, os
preguntaréis. Pues porque estoy en ello.
Como
Márian casi me había regañado por no leer en inglés, pensé que esta sería una
buena ocasión para retomar hábitos saludables. Picada por la curiosidad, pensé
en comprarme el libro, pero en Fnac no estaba y en Amazon.es aparecía como
agotado, solo tenían la versión electrónica. Así que dediqué unos minutos a
buscarlo por la red y no tardé en descargármelo. Estoy ensimismada en su
lectura. Ya os contaré cuando lo acabe. Si alguien quiere que se lo pase, que
me lo pida.
2 comentarios:
Me apunto para ser el primero al que s elo pases, porque al igual que tú, aún no me meto de lleno a los libros electrónicos, todavía aparece el volumnen acomodado en mi buró o mesa de noche, junto a mis lenteja, gafas, para poder leer. No los usaré fuera de casa paero son tan útiles en las distintas labores en las que se requiere fijar la mirada ne cosas pequeñas.
Yo la segunda, mejor, passa'm la pàgina d'on l'has trobat, aixina escorcolle a vore que tenen.
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