Sinopsis:
Modesto (Raúl Arévalo) es profesor y en ocasiones ve muertos. Esto no solo le ha costado una fortuna en psiquiatras, sino que también ha hecho que le despidan de todos los colegios donde ha trabajado. Su suerte cambia cuando consigue plaza en el Monforte y tiene que dar clase a cinco alumnos que han convertido un colegio de prestigio en la casa de los horrores. Modesto tiene que lograr que los cinco chicos aprueben el último curso y se larguen de allí de una vez por todas. Pero no lo va a tener fácil: los cinco llevan veinte años muertos.
Modesto (Raúl Arévalo) es profesor y en ocasiones ve muertos. Esto no solo le ha costado una fortuna en psiquiatras, sino que también ha hecho que le despidan de todos los colegios donde ha trabajado. Su suerte cambia cuando consigue plaza en el Monforte y tiene que dar clase a cinco alumnos que han convertido un colegio de prestigio en la casa de los horrores. Modesto tiene que lograr que los cinco chicos aprueben el último curso y se larguen de allí de una vez por todas. Pero no lo va a tener fácil: los cinco llevan veinte años muertos.
Me puse a ver
esta peli con todas las suspicacias del mundo, con la intención de dejármela a
los cinco minutos si se trataba de la enésima comedia de adolescentes salidos y
guarros. Menos mal que me equivoqué. Aparte de alguna escena un tanto
escatológica que, a mi juicio, le sobra, por lo demás se trata de una comedia entrañable y nostálgica para tratar de agradar a un espectador que ronda la
treintena y cuarentena más que a la chavalería.
Al principio, chirría bastante que el instituto y sus
estudiantes parezcan yanquis. Esto responde, en buena medida, al cine al que
sus responsables han querido rendir tributo, homenajeando claramente a uno de los clásicos por
excelencia del género adolescente: El club de los cinco, del especialista John
Hughes. ¡Cuántas veces vi sus pelis en el olvidado VHS!
Entre la
banda sonora, quién no se acuerda del glorioso Total Eclipse Of The Heart de Bonnie Tyler, Enamorado de
la moda juvenil de Radio Futura o aquel Saturday Night de Whigfield con la
empachosa coreografía.
De los actores jóvenes no conocía a ninguno, pero Raúl
Arévalo es genial, una de las principales razones para ver Con el culo al aire.
Como comedia que es, Promoción fantasma se ve con agrado,
Cuenta con la baza referencial y
generacional a su favor, y logra captar la esencia de aquellas
propuestas ochenteras que nos solían llegar del otro lado del charco, añadiéndole el toque sobrenatural.
3 comentarios:
La buscaré en internet para verla.
Yo al final no fui a verla, consideré que esta peli es más de verla en casita en el DVD.
No la vi en cine, Juanfra, sino descargada. La imagen no era perfecta pero se podía ver.
Publicar un comentario