Sinopsis:
La brillante y mordaz doctora Kay Scarpetta se ha instalado en Charleston, donde ha establecido un moderno laboratorio forense en el que trabaja con su equipo: su sobrina Lucy Faranelli, Rose y Pete Marino. En esta ocasión, Scarpetta viaja a Italia para investigar la cruenta muerte de Drew Martin, una joven y famosa tenista cuyo cuerpo mutilado ha aparecido en el venerable centro histórico de Roma. El asesino es apodado el Hombre de Arena por el macabro residuo que deja, una de las escasas pistas halladas en la escena del crimen. Las contradictorias pruebas dejan estupefactos a Scarpetta, a Benton Wesley (psicólogo forense amante de la doctora) y a los carabinieri italianos.
Creo que he leído alguna novela más de la serie de la forense Kay Scarpetta. La que nos ocupa es nada menos que la número 16. Como es de esperar, los personajes tienen un pasado común, una evolución desde los primeros volúmenes que desconocemos los lectores neófitos. La autora nos pone en los antecedentes necesarios para no perdernos en la trama, pero notamos que nos falta ese apoyo que seguro tienen y disfrutan los seguidores de la saga.
Aparte de eso, me ha entretenido el argumento de la actuación de un asesino en serie, aunque -vuelvo a lo de antes- , al estar conectado con los personajes, se me escapa el fondo, por no hablar de las explicaciones científicas de la forense. Además, la transición de algunas escenas y diálogos resulta confusa a veces.
En suma, se puede leer sin conocer las novelas previas, pero seguro que la disfrutan quienes han leído los quince anteriores.
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