Sinopsis:
El ex-soldado de operaciones especiales Pete Koslow trabaja como infiltrado del FBI en la mafia polaca. Pero tras una venta de droga que acaba con un policía muerto, ahora se ve obligado por parte de la mafia a entrar en la cárcel donde cumplió 4 años de condena, para manejar desde dentro el tráfico de drogas. Y lo hará porque es la única manera de salvarse a él, a su mujer y a su hija.
Aunque el género de acción no es mi preferido, aquí se combina con una trama policíaca y carcelaria, dos subtemas que dan mucho juego.
Es fácil empatizar con el protagonista, el informante de la policía que da título a la película, que se ve traicionado por aquellos a los que trata de ayudar. Lo encarna Joel Kinnaman, mi segundo sueco favorito. Su esposa es la casi omnipresente Ana de Armas, de cuyo éxito internacional me alegro. Como adversario, el aún atractivo Clive Owen, cada vez más aposentado en papeles de villano.
La película entretiene, lo que no es poco en estos tiempos en los que me encuentro filmes infumables que no aguantan diez minutos de visionado.
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