sábado, 9 de mayo de 2020

Escuadrón de la muerte



Sinopsis:
El soldado Andrew Briggman es un ambicioso miembro de infantería que acaba de llegar a Afganistán. Cuando el jefe del grupo es relevado por un nuevo líder, Briggman trata de imitar su conducta temeraria, alcanzando rápidamente el puesto como segundo de su unidad. Sin embargo, cuando es testigo de que el pelotón comienza a matar civiles inocentes, se verá obligado a decidir entre denunciarlo (poniendo su vida en peligro) o callarse para participar en lo que cree que son crímenes contra los derechos humanos. 

No es raro que las películas bélicas estén basadas en hechos reales, y esta no es una excepción. Me temo que casos de tortura y asesinatos innecesarios a los enemigos como los que relata no son extraños en cualquier guerra de cualquier época, con la salvedad de que en estos tiempos, la ocupación norteamericana de Afganistán, hay más medios para divulgarlos y denunciarlos.


El sargento primero que los justifica es un enorme Alexander Skarsgård. Desde su altura de casi dos metros y lo imponente de su cuerpazo se mueve como una pantera preparada para atacar. Dota a su personaje de un recóndito y oscuro carisma. Lo ejerce para llevar a los hombres bajo su mando por los terrenos del frío y vil asesinato de civiles indefensos. Qué guapo está, a pesar del bigote.

No creo que esta película sea un éxito de taquilla, porque a nadie le gusta que le restrieguen sus defectos por la cara, y menos a los estadounidenses.


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