sábado, 5 de marzo de 2011

El bolígrafo de gel verde


Sinopsis:
"El bolígrafo de gel verde es el retrato detallado, minucioso, magnífico y angustioso de cómo perder el tiempo y, en consecuencia, perder la vida"
Superficies de vida
Casa: 89 m2
Ascensor: 3 m2
Garaje: 8 m2
Empresa: la sala, unos 80 m2
Restaurante: 50 m2
Cafetería: 30 m2
Casa de los padres de Rebe: 90 m2
Casa de mis padres: 95 m2
Total: 445 m2

¿Puede alguien vivir en 445 m2 durante el resto de su vida?
Seguramente sí, seguramente usted conoce a mucha gente así. Personas que se desplazan por una celda sin estar presas; que se levantan cada día sabiendo que todo va a ser igual que ayer, igual que mañana; personas que a pesar de estar vivas se sienten muertas.

Ésta es la historia de un hombre que fue capaz de hacer realidad lo que cada noche imaginaba bajo las sábanas: empezarlo todo de nuevo. Lo hizo, pero pagó un precio demasiado alto. Pero si de verdad usted quiere saber cuál es el argumento de esta novela, mire su muñeca izquierda; ahí está todo.


Mi buen amigo José Ángel, a instancias mías, me sugirió que le regalase este libro por su cumpleaños. Y yo, que tengo la cara más dura que el cemento armado, aproveché para leerlo antes de enviárselo. Lo primero que me vino a la mente es que, teniendo en cuenta que mi amigo no estaba muy animado últimamente, esta novela no era la más apropiada para él ni para nadie que estuviese un poco bajo de moral. ¡Qué depresiva, por favor! Que sí, que es lo que tiene la sociedad actual, que todo lo convierte en rutina, pero tampoco es para caer en esa paranoia de averiguar quién le ha robado el dichoso bolígrafo de gel verde.

Y es que la mayoría de personas pasamos nuestra vida en un camino rutinario de la casa al trabajo, del trabajo a la casa y alguna que otra salida ocasional. ¿Qué pasaría si un hombre estuviera dispuesto a borrar toda esa existencia y comenzar de nuevo? Y, sobre todo ¿qué pasaría si el precio a pagar fuera demasiado alto? Pues todas las respuestas están en tu muñeca izquierda, dice el autor. Es fácil identificarse con el protagonista, un hombre de 40 años que está agobiado con su vida. Sólo ve a su mujer tres horas al día, a su hijo sólo media hora. Y la culpa ¿quién la tiene? La vida, la vida que llevamos todos (y a lo mejor debo decir que con los tiempos que corren somos afortunados), la vida que nos exige que nuestro tiempo lo empleemos en trabajar, sin apenas tiempo para disfrutar. Menos mal que en las últimas páginas se ve una pequeña luz al final del túnel, lo que también es engañoso pues no todo el mundo tiene la opción de optar por esa salida.

En definitiva, que no se os ocurra leerlo si estáis un poco agobiados, a no ser para daros cuenta de que hay muchos que están mentalmente peor que vosotros.

4 comentarios:

lapurautopía dijo...

Mejor no lo leo, gracias.

Mari Pau dijo...

A mí tampoco me apetece, gracias.

Johnny dijo...

Parece que estar agobiados es tema de libros, programas y peliculas. Les comentare dos que he visto con ese tema.

Tatty dijo...

Lo estoy leyendo ahora mismo y me está encantando, estoy enganchadísima a la historia