lunes, 21 de enero de 2013

CENTENARIO

Guadalupe Posada el artista aguascalentense considerado como el mejor representante de la cultura mexicana, murió el 20 de Enero hace 100 años en la Ciudad de México, en la absoluta pobreza y soledad, pues su hijo y esposa habían fallecido años atrás. Tres amigos cargaron su cuerpo y lo enterraron en el cementerio de Dolores, sin embargo la calavera más satírica de nuestro país fue exhumada 7 años después, debido a que nadie podía pagar su lápida, y por lo cual fue destinada a la fosa común. Guadalupe Posada nació en el barrio de San Marcos en el año de 1852 en una modesta familia, con un padre panadero y una madre dedicada a atender a sus nueve hijos. Inició su vida en el arte, a los 17 años cuando comenzó a trabajar en la imprenta de Trinidad Pedroza, haciendo sus primeras ilustraciones para el periódico llamado “El jicote”, así fue como desarrolló su pasión por la caricatura política y las representaciones de la sociedad. A los 19 años se trasladó a León donde contrajo matrimonio con María de Jesús Vela, con quien tuvo un hijo, el cual heredó su talento, pero falleció en plena juventud. Años después hubo una inundación en la que perdió todo y tuvo que mudarse, en esta ocasión a la Ciudad de México. Guadalupe Posada era conocido por trabajar arduamente y tener vacaciones una vez al año, su taller estaba ubicado cerca de la academia de San Carlos, donde se dice que estudiantes iban a verlo trabajar, como fue el caso de Diego Rivera, y también de José Clemente Orozco que era solo un niño pero se detenía de camino a la escuela para admirar sus obras. Fue después de su muerte, que el trabajo de Posada fue reconocido, pero no por un mexicano, sino por el artista francés Jean Charlot, quien encontró imágenes en pequeños libros que todavía se vendían en las esquinas. Fue entonces, hasta 30 años tras su muerte, que se realizó su primera exposición. En 1930 se publicó el primer libro con las obras de Guadalupe Posada, en donde se bautizó a la calavera más famosa como “La Catrina”, sin embargo en el año de 1950 Diego Rivera, su gran admirador, decidió hacerla de cuerpo completo y la convirtió en la que calavera elegante que ahora conocemos, explicó Mercurio López Casillas, escritor y estudioso de la obra de Posada.
Su primera imagen "La Catrina" es emblema en la celebración del 1 y 2 de noviembre "Día de Muertos", una de las principales en México.

2 comentarios:

Conchi dijo...

Un ejemplo de los muchos talentos que fallecieron en la miseria, mientras que ahora cualquier bobo con suerte puede hacerse rico.

márian dijo...

No solo eso, además perseguido por la adversidad desde pequeño. Tal como un cuento con un final tan triste como buena parte de su existencia y más allá. Me viene a la cabeza el dicho ese que reza " No se hizo la miel para boca del asno ", retire asno por trabajador injustamente tratado por la vida.