El domingo 17 de diciembre emprendimos camino de vuelta a casa, no sin antes pasar la mañana en Aranjuez. No fue mi primera vez pues me llevó mi cuñado, que en paz descanse.
Por supuesto, fuimos a visitar el Real Sitio de Aranjuez. Un grupo de los excursionistas optamos por tomar la visita guiada. Una señora muy seria pero eficaz nos fue explicando la procedencia de cada objeto que nos llamaba la atención. No hay fotos del interior porque está prohibido tomarlas. Nos explicó que fue erigido por orden de Felipe II, quien le encomendó el proyecto al arquitecto Juan Bautista de Toledo, que murió durante su construcción, por lo que su discípulo Juan de Herrera fue el encargado de rematar la obra. Durante todo el siglo XVII se paró la obra, hasta que en tiempos de Fernando VI se acomete una importante ampliación, que continuará Carlos III dotándolo de unas alas que encierran el patio de armas, tal y como se puede contemplar hoy en día.
Luego nos dirigimos a un parque cercano mientras hacíamos tiempo antes de subir al autocar.
Paramos a comer en un restaurante de carretera que contaba con un photocall navideño.
Tras una parada en La Roda para comprar los típicos Miguelitos, llegamos a Agost sanos y salvos, y felices de haber pasado un fin de semana tan estupendo en Madrid.
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