La Diputación de Alicante, al parecer, convoca cada año un premio de teatro breve. Lo deduzco porque me envían a la escuela los galardonados. De la colección, este es el tercero que leo y mucho me temo que será también el último. Sin querer poner en tela de juicio la calidad de los diálogos, y eso que podría, lo que no soporto es encontrarme con faltas de ortografía.
Los personajes de esta historia son dos dramaturgos, Molière y el sainetista alicantino Evaristo García. Al principio pensé que las faltas se debían a que el valenciano del segundo no era normativo en su época, pero es que el resto de los diálogos contiene errores garrafales que me sacan de quicio. Yo así no puedo leer a gusto.
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