Como he escrito en el episodio anterior, la tarde del sábado 16 de diciembre tomamos un autobús urbano para acercarnos a un lugar que me ilusionaba conocer: el Museo Arqueológico Nacional.
La razón principal era volver a ver a mi paisana más ilustre, una de las esfinges ibéricas encontradas en Agost.
Hace unos años estuvo exhibida en préstamo en el MARQ de Alicante junto a su hermana que reside en el Louvre habitualmente. Mis paisanos y yo nos emocionamos.
Siguiendo en el mismo periodo histórico, también quería conocer a la Dama de Elche, una auténtica maravilla, al igual que la Dama de Baza.
Entre falcatas y otros restos ibéricos, me venía a la memoria la serie Hispania, más teniendo en cuenta que la víspera había estado con Roberto Enríquez. Casualidad que se cumplió lo de que "en ocasiones veo Robertos" al toparme con este cartel de la serie en una exposición sobre el desarrollo de la arqueología en España.
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