viernes, 9 de diciembre de 2011
Con Jesús
El sábado por la mañana me reencontré con mi querido amigo Jesús, al que me une gran amistad desde hace un montón de años, no sé cuantos pero quizás cerca de veinte. ¿Tú te acuerdas, Jesús?
Me da mucho disgusto que entre el casi centenar de fotos del viaje sea la suya la única que haya salido movida en una situación bastante estática. No lo entiendo. Quizá sea porque Jesús, poco amigo de salir en fotos, formuló algún conjuro inaudible por mí para que se viese así. Bienvenidos a la nave del misterio.
Dejándome de tonterías, aparte de un buen amigo, Jesús es el cicerone perfecto, provisto de la paciencia del santo Job para plegarse a mis deseos turísticos. Se puso a mi disposición mientras mi hermana, mi prima y más gente de la excursión se iban de peregrinación a las iglesias más reconocidas de Madrid, desde Santa Gema al Cristo de Medinaceli, actividad que a Jesús le produce ronchas, según comentó. Tampoco era santo de su devoción el lugar al que pedí que me llevara, pero accedió sin rechistar. Otro día os lo cuento.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Hey, yo no hice nada para que la foto saliera así ... mis super poderes no llegan a tanto, será el destino ... y fue todo un placer compartir ese día contigo, para nada fue una lata ... ni siquiera la cola que hicimos en Doña Manolita para que compraras la lotería que acabse en ... , ni el tiempo que tuvimos que esperar para que vieras Cortylandia, a pesar de que el globo que tuve que comprarte no hacía más que darme golpes en la cara ...
Y yo me acuerdo de los años, pero no los voy a publicar, te lo diré en privado. Si llegar a publicar la cifra, eso dañaría enormemente nuestra imagen de yogurines.
La amistad es un tesoro difícil de encontrar pero al hacerlo es mas difícil dejarlo.
Estoy a la espera de que nos cuentes las visitas con Jesús.
Publicar un comentario