martes, 14 de febrero de 2012

¿Actualidad rima con edad?


Tal como está el panorama de la actualidad, desconecto bastante de los noticieros. Entiendo que la estrategia del avestruz no sirve para nada. Tampoco indignarme y amargarme por el 90% de los contenidos de los informativos. Con todo, a veces me obligo a verlos o, al menos, leer los titulares de la prensa (profundizar en la noticia, los editoriales o las columnas de opinión es superior a mí, me entra entre pereza y repulsión) para tener una mínima idea de lo que pasa por acá y por acullá (bonito palabro que nunca pensé que utilizaría, y encima Word me dice que no existe: ¡que se vaya a la RAE!). A ver si me dejo de tanto paréntesis digresivo y mareante, y sigo a lo que iba.

Para no descolgarme de la actualidad, se me ocurrió comprar el último nº de la revista Rolling Stone en cuya portada aparecía Julian Assange, uno de los tipos con tantas luces como sombras que sin duda ha marcado el inicio del siglo XXI, el santo patrón para los que gustan de ver conspiraciones hasta en una caja de cereales. Sea verdad o no, qué bien les ha venido a los sacrosantos poderes del mundo entero el supuesto abuso sexual del que se le acusa para poder desprestigiarle y poner en tela de juicio la labor de Wikileaks y su cruzada por la libertad de información.

Hojeando la revista, aparte de la susodicha entrevista, otra a George Clooney y un repaso a la trayectoria de David Bowie, ¡no conozco a casi nadie más de los que allí aparecen! Qué bajón, por Dios. Ni referencias bibliográficas, ni cinematográficas, ni –sobre todo- musicales. No es que me puedan cantar aquello de “Te has quedado en el 73 con Bowie y T-Rex” porque disto de ser el “Rey del glam” de Alaska. No obstante, he de admitir que de los 90 hasta ahora me he quedado solo con las canciones más populares de la radio fórmula, y cada vez menos. Que sí, que me estoy haciendo mayor.

Por si me quedaban dudas, con la revista regalaban un ejemplar de Cinemanía en cuya portada aparece Darth Vader. La confirmación de mi edad no es que el personaje sea de mi época, que lo es, sino que la revista era de tamaño mini, aproximadamente la mitad de la normal, y, por consiguiente, ¡con una letra tan pequeña que no veo ni torta! Me temo que no tardaré mucho en tener que cambiarme las gafas: si con la combinación de miopía, astigmatismo y diplopía no tenía bastante, añadámosle la presbicia propia de a partir de la segunda mitad de la cuarentena.

Lo dicho: me parece que actualidad no rima con edad.

1 comentario:

Johnny dijo...

Se nos vinieron los años. Pero somos como los buenos vinos "entre mas años mejor". Qué mas nos queda decir, yo también me quedé entre los 70s y 90s y lo actual se me pega un poco con las niñas que tengo, pero no por eso quiere decir que me gusten.