La mujer de negro

Arthur Kipps es un joven abogado cuya empresa lo envía a un lugar remoto para vender la casa de un cliente que acaba de fallecer. La gestión, aparentemente rutinaria, tropieza con ciertas dificultades: los vecinos se muestran reacios a hablar sobre la casa o a acercarse a ella; además, nadie está dispuesto a admitir la existencia de una mujer de negro que él está seguro de haber visto.

"La mujer de negro", conocida también por la peli esa de miedo que sale Harry Potter, fue la película que ví ayer sábado en mi vuelta del fin de semana a la capital después de toda una semana de trabajo que, conforme están los tiempos, bendita sea esa semana. Bien, pues en esta película, su productora la Hammer vuelve a tiempos de antaño con sus paisajes típicos ingleses, mucha niebla, las típicas estaciones de tren, posadas cuyo medio de iluminación eran las velas, carros tirados por caballos y la gran mansión que en este caso no la habita un vampiro rodeado de sus vampiras con colmillos y gran escote, si no por el fantasma de una mujer. Este género, terror gótico, no es nuevo para los de mi quinta y algo más jóvenes, podemos seguir viéndolo en DVD, Bluray o descargado de internet, más bien es un género que regresa a la gran pantalla, tendría que hacer mucha memoria pero no recuerdo en los últimos quince años en pantalla grande una película similar, salvo "Drácula, de Bram Stoker" (que no llegué a ver en cine) con Gary Oldman interpretando al vampiro y Anthony Hopkins a su enemigo. La película que nos ocupa entusiasmará a todos los amantes del género, su atmósfera, sus sustos a traición -con los gritos de las nenas vecinas en la sala que casi también forman parte de la peli- hacen un muy agradable visionado.