viernes, 2 de octubre de 2009

El blog del Inquisidor


Sinopsis:
Una historiadora se encuentra en la web un blog que le llama la atención «Cuaderno del Inquisidor». Ella ha centrado su tesis doctoral en el estudio del Tribunal del Santo Oficio en la España del siglo XVII, por lo que el apelativo del «Inquisidor » despierta enseguida su interés. El diario digital de este Inquisidor refleja a un hombre atormentado que relata que ha tenido parte en unos polémicos sucesos ocurridos en un convento español en el siglo XVII, cuando se acusa a las monjas y el abad de herejía. Él es el encargado de los interrogatorios a los acusados. ¿Pero, quién hay detrás de este inquisidor que cuelga su bitácora en la red? ¿Qué significa este diario? ¿Utiliza el proceso de unas pobres monjas y su abad a modo de expiación de una culpa que es incapaz de afrontar?
Una historia profunda, intrigante, que subraya que estamos ante puro Misterio de la vida, el juego de apariencia y verdad, la manipulación de la realidad.Una novela que se lee de un tirón, que subyuga absolutamente, y que con el tema central de la culpa y la expiación nos descubre los entresijos del alma humana. Una peculiar historia de amor, rabiosamente contemporánea con el toque de Lorenzo Silva.


Lorenzo Silva es uno de mis autores españoles contemporáneos preferidos. Aunque los libros que más me gustan de los suyos son la saga de la famosa pareja de guardias civiles Bevilacqua y Chamorro, también procuro leer sus otro trabajos, aunque éste no me terminó de entusiasmar. Tiene una estructura novedosa basada en las nuevas tecnologías, en internet, en los blogs y en el chat (me ha recordado los tiempos en que lo practicaba, lo que de bueno y malo encontraba en ello). Nuevos modos de dar vida a lo que podría haber sido perfectamente una novela histórica. Como está tan bien escrita y el tema es atractivo, no me arrepentí de leerla.

1 comentario:

carolina dijo...

Por lo que comentas, Conchi, parece que el desarrollo de la idea no ha estado a la altura de su originalidad. Porque leyendo la reseña, la verdad es que se le abre a uno el apetito: presentar una trama inquisitorial en un marco de tecnologías de la comunicación. Aparte de lo sugerente que parece a primera vista, una de las ventajas es que nos acerca a lo que sucedió hace unos trescientos años como si hubiera pasado ayer... y tal vez eso no esté del todo desencaminado. Hay muchas formas de montar un auto de fe, y no todas requieren de sombríos calabozos, instrumentos de tortura y espectaculares hogueras públicas. Hoy en día esas cosas se hacen con más discreción, sin que el vulgo se entere, no como antes, que se concebía como un espectáculo de masas edificante e instructivo. En ese sentido, siempre nos quedarán los programas del cuore como sucedáneo del destripamiento en la plaza.