miércoles, 28 de septiembre de 2011

Con derecho a roce


Sinopsis:
Cuando Jamie, una cazatalentos de ejecutivos neoyorquina, convence a Dylan, un reconocido director artístico de Los Ángeles, para aceptar un trabajo de ensueño en Nueva York, ambos descubren en seguida que son almas gemelas. Los dos han sufrido tantos fracasos amorosos que están listos para darse por vencidos en el amor y centrarse en la diversión. Y así comienza un experimento deliciosamente sexy y adulto. ¿Serán capaces estos dos amigos, ambos con éxito, solteros, y quemados con el compromiso, de explorar un territorio nuevo? Si añaden sexo promiscuo “sin emociones” a su amistad, ¿podrán evitar todas las trampas creadas al pensar que alguien es algo más que un simple colega?

No me acuerdo si os conté el caso de un día en la peluquería. Había una chica joven, de veintitantos, ex alumna mía, que expresaba sin reparos su felicidad y satisfacción desde que tenía un “follamigo”. Me quedé ojiplática pues era la primera vez que oía la expresión pero no hacía falta ser un genio para deducir el significado del compuesto. Reflexionando, a priori la situación parecía ideal: quedamos, nos enrollamos y hasta otra. ¿Para qué perder el tiempo en cenas románticas, cine, copas, paseos o chorradas similares? Al grano y sin sentimientos de por medio. Llamadme anticuada, pero yo no podía dejar de pensar en cómo podían desvincular el sexo del amor o al menos de cierta afinidad sentimental. Tiempo después, me enteré de que son pareja y viven juntos, lo que confirmó mi teoría.

¿A qué viene todo esto? A que he visto Con derecho a roce, que trata este tema. No es una comedia redonda pero se deja ver con más agrado del que me pensaba. Los protagonistas, Justin Timberlake (no me despierta mis instintos básicos pero reconozco que el chaval está muy bien) y Mila Kunis (¡qué ojos más grandes tiene!, potenciados por el maquillaje, dan hasta un poco de yuyu) tienen mucha química. Desencantados del amor, se lanzan a sucesivos encuentros sexuales desinhibidos (eso sí, tapados con la sábana hasta la barbilla, como manda Hollywood) al tiempo que se burlan de las comedias románticas para no tardar en ser parte de una de ellas con todos sus tópicos. Para completar el cuadro, unos secundarios acertadísimos (nunca habría imaginado a Woody Harrelson de periodista deportivo gay), las siempre cinematográficas localizaciones de Nueva York y Los Ángeles, dos escenas de flashmob muy divertidas, buena banda sonora y, para terminar, unos simpáticos títulos de crédito finales.


3 comentarios:

Johnny dijo...

La vi hace una semana, pero la pareja no me impactó, las escenas si son muy sexys pero como que les faltó química. Fue como un experimento de comedia sexy que cuajó a medias, pero ahí va, con otros experimentos lo lograrán algún día. Se pasa buen rato.

Conchi dijo...

A mí me pareció que de química iban bien servidos. Curiosa nuestra diferente percepción.

lapurautopía dijo...

De química bien, final pasteloso, pero a mi lo que más me sorprendió es como reiteradamente se pone en entredicho la homosexualidad del prota, ya que en la realidad siempre se a especulado con ella.