sábado, 19 de febrero de 2011

Curiosidades matemáticas


Quién me iba a decir a mí, de Letras de toda la vida, que aprobaba las Matemáticas por los pelos y que al acabar 2º de BUP me alegré pensando que nunca más las volvería a tocar, que llegaría el día que impartiría esa asignatura. No a nivel muy elevado, cierto es, pero bregando con mis alumnos que me recuerdan lo que me costaba a mí pillarle el truco a las ecuaciones, por ejemplo.

Para hacérselo más llevadero, de vez en cuando les pongo curiosidades como las siguientes:

1 x 8 + 1 = 9
12 x 8 + 2 = 98
123 x 8 + 3 = 987
1234 x 8 + 4 = 9876
12345 x 8 + 5 = 98765
123456 x 8 + 6 = 987654
1234567 x 8 + 7 = 9876543
12345678 x 8 + 8 = 98765432
123456789 x 8 + 9 = 987654321

1 x 9 + 2 = 11
12 x 9 + 3 = 111
123 x 9 + 4 = 1111
1234 x 9 + 5 = 11111
12345 x 9 + 6 = 111111
123456 x 9 + 7 = 1111111
1234567 x 9 + 8 = 11111111
12345678 x 9 + 9 = 111111111
123456789 x 9 +10= 1111111111

9 x 9 + 7 = 88
98 x 9 + 6 = 888
987 x 9 + 5 = 8888
9876 x 9 + 4 = 88888
98765 x 9 + 3 = 888888
987654 x 9 + 2 = 8888888
9876543 x 9 + 1 = 88888888
98765432 x 9 + 0 = 888888888

2 comentarios:

Johnny dijo...

Con esos ejercicios animas al estudiantado. Los usaré para los niños de la primaria. Gracias.

carolina dijo...

A mí también se me daban fatal las mates, pero mira tú que ahora me entran ganas de volver a estudiarlas desde el nivel más básico. Pero, eso sí, a mi manera: uno de mis peores recuerdos escolares es el profe que cada día nos ponía tres cuentas, tres, las corregía a la mañana siguiente y acto seguido nos pedía que rodeáramos su mesa en semicírculo. Imitando el Juicio Final, a la diestra se ponían los justos, o sea, a los que les salían bien las cuentas. A continuación venía el Purgatorio de los que tenían una mal, luego los que tenían mal dos y por último, los condenados al Infierno. Aquello salía a palmetazo (y bien fuerte) por cada cuenta que uno tuviera mal, así que los que habían tenido la desgracia de fallar las tres les correspondían sendos palmetazos que te dejaban con la palma ardiendo y el corazón herido, ya que al pegar encima soltaba uno o dos chascarrillos para humillarte.
Digo yo que entre eso y consentir todo, como se hace ahora, tiene que haber un término medio.