martes, 8 de febrero de 2011

James Dean, 80 años del eterno rebelde


Gracias a la televisión, en mi adolescencia vi Al este del Edén, Rebelde sin causa y Gigante, las tres únicas películas protagonizadas por James Dean. No puedo negar que me impactaron, aunque en ningún caso mis circunstancias se asemejasen a las reflejadas en los films. La presencia de James Dean traspasaba con fuerza la pantalla sin necesidad de ser un guaperas musculitos al uso. Me interesé por su vida y creo que por casa de mi madre tendré algunos libros que hablan de él. De seguir vivo, hoy cumpliría 80 años y probablemente no sería la leyenda que es.

Os copio unos fragmentos de un artículo bastante interesante:

Hollywood y su maquinaria para fabricar sueños se han encargado de forjar leyendas que en muchos de los casos hemos podido ver cómo han llegado al ocaso. Terminan sus carreras en medio de la decadencia física. En cambio, han existido también actores que permanecieron imbatibles al paso del tiempo, manteniendo una eterna imagen juvenil.

Este es el caso de James Byron Dean, quien cumpliría hoy 80 años, y estaría convertido en un venerable anciano si las garras de la muerte no lo hubieran arrancado de la vida terrenal a los 24 años, en un accidente de tránsito ocurrido el 30 de septiembre de 1955.

La frase “Sueña como si fueras a vivir para siempre. Vive como si fueras a morir hoy, y deja un hermoso cadáver” atribuida al actor, le calza a su trayectoria como anillo al dedo. A pesar de contar con una corta filmografía, apenas tres películas como actor acreditado, su agitada carrera le valió la permanencia en el firmamento cinematográfico.

Pero lo que también forma parte de su leyenda es su talento interpretativo, su fuerza escénica y, sobre todo, su imagen asociada al personaje de Jim Stark, de Rebelde sin causa, imagen que sería plasmada en póster, postales y que se convirtió en una especie de ícono de la juventud en todas partes del mundo.

Esos personajes marcados por la frustración, el desamparo, la falta de rumbo, atormentados, son la materia prima de la que se alimenta la leyenda. Si Hollywood y la sociedad norteamericana habían ofrecido una imagen ideal de la familia y la juventud, Dean con sus películas y personajes que lanzaban esa sonrisa sardónica, de modales bruscos y de chaquetas de cuero, jeans sucios y cigarrillo en la comisura de los labios, echó abajo de manera brutal ese cuento de hadas.


http://www.eluniverso.com/2011/02/08/1/1379/james-dean-80-anos-eterno-rebelde.html?p=1354&m=27

1 comentario:

Johnny dijo...

Con pena, pero morirse fue su mejor papel. Creo, al igual que tú, que estando vivo no sería la leyenda que es.