lunes, 5 de noviembre de 2007

La marca del lobo


Ambientada en la Bucarest de nuestros días, trata de una chica de 19 años, Vivian Gandillon, que lleva toda su vida intentando huir de la verdad: que es una mujer lobo. Hace diez años, en unas montañas perdidas de Colorado, una muchacha presenció con impotencia el asesinato de su familia a manos de un grupo de hombres furiosos por el secreto que las víctimas guardaban en la sangre. La joven sobrevivió, adentrándose en el bosque y convirtiéndose en algo que los cazadores nunca hallarían: un lobo. Ahora, a pesar de que vive al otro lado del mundo, Vivian Gandillon (Agnes Bruckner) sigue huyendo. Viviendo en la relativa seguridad de la ciudad de Bucarest, Vivian pasa sus días trabajando en una tienda de chocolates, y sus noches merodeando por los locales nocturnos de la ciudad y eludiendo el acecho de su primo Rafe y su banda de delincuentes, conocida como “Los Cinco”. Pero Vivian sólo se siente verdaderamente libre corriendo por los bosques de las afueras… aunque parece que todo lo que persigue se le escapa continuamente.

De vez en cuando surge una versión más (y van...) del mito del licántropo. Aquí es la chica la que se enamora de un humano en contra del jefe de la manada, un hombre-lobo guapísimo con los rasgos de Olivier Martínez. Por lo demás, prescindible. Si ha ido bien en taquilla, no nos libraremos de una secuela. Conmigo que no cuenten.

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