domingo, 12 de septiembre de 2010

Pontevedra


El martes 25 por la tarde nos dirigimos a Pontevedra. Construida con la paciencia del paso de los siglos, esta "boa vila" con sus deliciosas calles y plazas de nombres gremiales repletas de edificios de la arquitectura culta y popular, posee uno de los conjuntos históricos más hermosos y mejor conservados de Galicia.
En los últimos tiempos se convirtió en una ciudad peatonal donde vale la pena dar largos paseos, descansar en sus parques y plazas y disfrutar de una tapa, un café o una copa en cualquiera de sus animadas terrazas. Si vais, no se olvide probar la exquisita tarta rusa, pura delicia para el paladar de los golosos.

Ésta es la iglesia de la Peregrina, de planta casi redonda en forma de concha de vieira rematada en cruz marcada por la cabecera y la sacristía.

La estatua al famoso loro Ravachol, que pertenecía a un boticario. Se ve que el loro era muy gracioso y parlanchín y cuando murió en 1913 en fecha cercana a los carnavales, a alguien se le ocurrió hacerle un entierro, los pontevedreses se vistieron de luto y daban el pésame a su dueño. Hoy se ha convertido en un símbolo de Pontevedra y los Carnavales siempre se terminan con el funeral del loro.
Una estatua dedicada a don Ramón Mª del Valle-Inclán, escritor que me tocó estudiar en la carrera.
Abajo, unas ruinas cuyo nombre no recuerdo, pero que tenían un guía guapísimo y encantador. Las chicas del grupo nos quedamos prendadas del gallego.

3 comentarios:

Johnny dijo...

Las ciudades antiguas me fascinan, aquí en México tenemos algunas que son de esas épocas, con estilos puramente españoles (de la época colonia) como Guanajuato, Morelia, Zacatecas, etc., así que me falta mucho por ver allá en tu tierra (pronto se me cumplirá el deseo)

Mari Pau dijo...

A vore, no em digues que has perdut facultats i no t'has fet la foto amb el guaperes del gallec!

Conchi dijo...

No, perquè se'ns feia tard per arribar a l'autobús. Una llàstima!