martes, 19 de febrero de 2013
La casa de los milagros
El domingo volví a la Casa de Cultural local a ver la representación de La casa de los milagros del grupo alicantino de teatro Bon Repós.
La media de edad de los actores superaría los 70 años. No fue ahí, no obstante, donde residió el inconveniente sino en el argumento, más rancio que el de las historias de Cine del Otro Barrio, en el que dos anticlericales se dejan engañar por las tretas de unas mujeres y el sacristán, y acaban adorando a los santos y volviendo al seno de la Iglesia.
Cómo sería de poco entretenido que Luna no aguantó en su asiento y se paseó por los extremos de cada fila, sin molestar al escaso público, esperando a que la tortura concluyese.
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4 comentarios:
Es que siempre traen todos los tostones.
Qué tostón, entonces.
Conchi, t'he enviat un correu, l'has rebut bé?...
Correu contestat.
El teatro debe ser entretenido, con su comedia, con su drama, con su suspenso...al faltar, se viene abajo.
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