Sinopsis:
Mark O'Brien (John Hawkes), un poeta y periodista tetrapléjico y con un pulmón de acero que decide que, a sus 38 años, ya es hora de perder la virginidad. Con la ayuda de su terapeuta y la orientación de un sacerdote (William H. Macy), Mark se pone en contacto con Cheryl Cohen-Greene (Helen Hunt), una profesional del sexo.
Quizás tras el éxito de Intocable, a la vista de esta, alguien se pregunte: ¿Otra de discapacitados? Pues sí, mire usted, a nuestro pesar existimos y cuanto más visibles nos hagamos, mejor.
Este tono reivindicativo entronca con la película pero no es su columna vertebral. Mark O’Brien quería enamorarse y tener relaciones sexuales, como cualquier ser humano. Como lo de ser correspondido lo tenía más difícil (como cualquier ser humano también) optó por perder la virginidad a manos de una profesional, no del sexo sino de una terapeuta. Y es que, al parecer, en EE.UU. hay terapias para todo.
Aunque el punto de partida pueda parecer dramático, la peli no lo es. Al contrario, es estimulante, divertida, emocionante y vital, llena de ternura y humor. No hace falta ser discapacitado para entrar en la trama. ¿Quién no aspira a amar y ser amado?
Es de agradecer la entrega, la valentía y la gracia de su pareja protagonista, John Hawkes (lo que habrá sufrido en el cuello este hombre) y Helent Hunt, inmensos ambos, con una naturalidad que desarma. Como secundario, el gran William H. Macy interpreta a un cura católico que, contra todo pronóstico, es un personaje positivo. El pobre sufre un debate interno para aconsejar sobre sexo a una persona que cabe la posibilidad de que nunca se case, pero termina por anteponer el sentido común a las discutibles reglas de la más conservadora iglesia para dar carta blanca a su amigo discapacitado.
Una película que hay que ver.
1 comentario:
Nominada en las últimas premiaciones, tanto la peli como la actriz principal. Habrá que verla!!!
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