Uno
de los alicientes de la escapada a Madrid fue reencontrarme con mi
querida amiga Carolina que cogió un tren matutino desde Santander tras
apenas dormir por la cena navideña de trabajo. Toda una muestra de
amistad, ¿a que sí?
Casi sin comer, llegó a mi hotel a las 4 de la tarde para emprender una
visita guiada por el Madrid de las Letras. Paseamos por las calles en
cuyos suelos están escritos pasajes de nuestra Literatura. Me tocó leer
el quevediano "Miré los muros de la patria mía...", muy oportuno en fechas
preelectorales.
Pasamos por la iglesia del Cristo del Medinaceli. También nos podéis ver
delante de la fuente de Neptuno y del león del Congreso de los
Diputados.
1 comentario:
Pero que bien te lo montas.
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