Mis alumnas son generosas por naturaleza, lo que se acentúa en estas fechas.
Además de un jersey, una bufanda y una caja de bombones, me han obsequiado también con una bandeja de pastas tradicionales. Mirad qué pinta tan apetecible tienen. Seguro que de sabor están aún mejor.
1 comentario:
¡¡Ah, las pastas!! Mi perdición, aparte de los múltiples dulces navideños. Pero que conste que hasta ahora, y pese a que desde hace dos meses me he visto acosada en los supermercados por la continua exposición de delicias navideñas, no he comido más que dos míseros polvorones. Y sigo resistiendo... al menos hasta mañana, que tengo ágape pre-navideño en la biblioteca.
Miedo me doy.
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