Sinopsis:
En Annecy, un idílico pueblo de los Alpes, empiezan a aparecer de un día para otro personas que fallecieron años atrás, gente de diferentes edades y clases sociales, todos ellos desorientados, que intentan entrar en sus antiguas casas. Estos retornados no son conscientes de su muerte y por eso no entienden el terror, el rechazo o la alegría que provocan en unos familiares que ya habían asumido su pérdida. Al mismo tiempo, en la enorme presa que rodea al pueblo, empiezan a sucederse una serie de fenómenos extraños.
Me habían recomendado la primera temporada de esta serie francesa, así que me animé a verla en versión original subtitulada en español para refrescar el idioma. A punto de terminarla, se estrenó la segunda, de modo que las vi seguidas.
Hay que destacar la atmósfera desasosegante que logra sin emplear efectismos ni exceso de violencia. En cierta manera, se trata de una historia de zombis (que no son nada de mi agrado, más bien al contrario), pero haciendo hincapié en las relaciones personales a lo largo de décadas. Por supuesto, surgían un montón de misterios e incógnitas que se resolverían -supuse- en la segunda temporada. Craso error. En esta aparecieron más personajes que embrollaban más que aclaraban. Entiendo que una serie de componente sobrenatural no puede dar una explicación racional. Lo que tampoco se puede hacer es alargar la trama y jugar con el espectador. Ha sido una pena estropear una primera temporada muy interesante con una segunda aburrida que lo más probable es que no tenga continuación porque la audiencia le ha dado la espalda.
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