Sinopsis:
Olivia Romero, más conocida como Oli, tiene 22 años, trabaja en una perfumería y aún no sabe exactamente qué hacer con su vida. Sólo sabe que está enamorada del popular actor argentino Eric Soto, un joven que lleva toda su vida entre cámaras, sets de rodaje y estrenos. Eric está acostumbrado a una vida de lujo donde las apariencias son lo más importante. Pero algo le llama la atención cuando se cruza con Oli, que posee una espontaneidad a la que no está acostumbrado.
Por casualidad se me han juntado para ver tres comedias románticas españolas recientes. Quizás sea esta la más floja de las tres.
Casi desde el primer minuto sabemos cómo va a acabar y no nos equivocamos. Aun así, me pudo la curiosidad de ver por qué derroteros se movía. Bebe de los mayores tópicos del género, desde los interludios musicales que produce -supuestamente- la química del amor hasta el chico guapísimo, glamuroso y con éxito que se enamora de una chica normal que experimenta su transformación de patito feo a cisne deslumbrante gracias al dinero del maromo. No, un alegato feminista no es precisamente.
Supongo que si la hubiese visto en la época que leía Súper Pop, me habría encantado y enamorado de los galanes Rodrigo Guirao y Alejo Sauras. A estas alturas me fijo más en secundarios de lujo como Jose Coronado.
A mi edad no me convencen cuentos de estos.
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