lunes, 28 de diciembre de 2015

Éramos pocos y parió el Primark



La mañana del domingo la teníamos libre. Ya que -lástima- no se pudo materializar una cita prevista muy especial, buscamos planes alternativos.

Hasta que se hacian las 12, hora de abrir el Espacio Telefónica, pasamos de camino a la última atracción turística de Madrid: el Primark de Gran Vía.

Inaugurado el pasado octubre, sus cuatro plantas de artículos de todas clases a precios asequibles se han convertido en el templo del consumismo. Antes de las 11 estaba ya repleto. Alguien ha comparado su estructura en espiral con los círculos del infierno de Dante. No es muy exagerado.

En su defensa, he de decir que el trato a los discapacitados es atentísimo, lo que es de agradecer. Las dependientas me acercaban o buscaban cuanto artículo les solicité e incluso una me acompañó por toda la planta hasta encontrar el ascensor.

Un par de horas después, había cola para poder entrar. Todo un fenómeno de masas el gigante irlandés.

Por cierto, el título es de Leo Harlem.


1 comentario:

Jesús dijo...

Tengo que ir a verlo algún día ...